domingo, diciembre 19, 2004

Desde entonces no soy el mismo

Desde que decidí dejar de pronunciar tu nombre.
Desde aquella vez que dijiste no, nunca, no.
Desde que vendiste mis secretos a un culebrero.
No soy el mismo.

Desde el momento en que empecé a odiarte sin razón,
a aborrecer tu voz y tu sonrisa y tu mirada fría y tus manos frías
y toda tu.

Eres Gala muerta
y María a los pies de un crucificado
y Salomé sin la cabeza del bautista
y yo no soy el mismo que se refugiaba en tu regazo.

No sabes cuan poco me importa el mundo,
quisiera poder arrepentirme de esto que digo,
y evitar tu mirada triste
y hacer de cuenta que no existes a las seis de la tarde
y tener que inventarme pretextos
para no decirte cuanto te extraño,
cuanta falta me hace tu mano, aunque sea mentira.

No soy el mismo,
aquel que te imaginaba dormida y desnuda
que sólo soñaba contigo para no perderse.

Dejé de creer en tus palabras
en todas las veces que dijiste
estar solo para mi, cuando yo te necesitara.

Ya estoy demasiado adolorido,
cansado y fastidiado de los reclamos inútiles,
de esa facilidad que tengo para lastimarte.

No soporto más verte llorar de rabia,
y callarme por esa estupida soberbia
por ese altar donde soy dios sin corona
y no escucho tu voz,
porque a fin de cuentas es mi culpa.

No soy el mismo aquel que cada noche buscaba tu refugio,
tu voz y tu cuerpo desconocido y pálido y frío y blanco.
Ya no tengo más ese sueño recurrente de despertar contigo,
en ti, dentro de ti.

No hay culpables,
esta es la renuncia sin gloria de todo lo que tu eres,
no quiero tu consuelo, ni tu voz, ni tus besos imaginarios,
lo único que quiero es olvidarte


jueves, diciembre 02, 2004

¿Por qué te moriste Sabines?

El mar se mide por olas,
el cielo por alas,
nosotros por lágrimas.
El aire descansa en las hojas,
el agua en los ojos,
nosotros en nada.
Parece que sales y soles,
nosotros y nada...
- J. Sabines -

¿Por qué te moriste Jaime?. El día que por la radio anunciaron tu muerte me puse a llorar, y salí a la calle a ver si alguien más sabia que te habías muerto. Te fuiste, con el derecho de tu cansancio, y yo me quedé aquí, como si una parte de mi hubiera enmudencido y muerto también.
Cuando me pongo triste, cómo ahora, porque me duele una mujer, o por las cosas absurdas que dice la gente, o simplemente porque quiero estar triste, me pongo a pensar en ti Jaime, en que a fin de cuentas solo soy un extraño que lee las cosas que a ti también te hacen triste.
¿Por qué te moriste Jaime?. Tus palabras tenian esa sabiduría de de todo sin saberlo nada, pero ya nadie te oye, porque tus palabras eran solo para ti. Estás lejos del olvido, es cierto, pero ya no estás aquí, dejaste ese hueco del silencio y yo sigo triste, porque ni con todas tus palabras ella va a entender que la quiero como la quiero, y yo, me pregunto ¿por qué te moriste Jaime? como si yo también estuviera muerto.

domingo, noviembre 28, 2004

Sueños rotos

sábado, noviembre 27, 2004

Trato de escribir para mi

Yo quisiera poder escribir esto sin tener que pensar en ti, sin tener que morderme los labios para que no se me salga el llanto y la rabia, sin escribir tu nombre. Yo quisiera que esto no fuera una pérdida. Ojalá no tuviera que aferrarme a la serie de recuerdos inutiles: tu sonrisa bajo la lluvia, tus lágrimas en el café, mi mano entre tu mano la otra noche en que hacía frío.

Es de noche, todas las noches parecen ser la misma, una sola noche larga, fría y perpetua. Se me viene todo de golpe: la culpabilidad de tu ausencia, la soledad de mis manos, y una vez mas giro mi vista para no ver la fotografia de tu recuerdo, para hacer de cuenta que ya no te amo, como si siempre hubiera ido solo por el mundo, caminando como vagabundo sin refugio, como si fueras el recuerdo de alguien mas.

Ya no puedo inventar el mundo, ya no puedo poner en tus manos las cosas del mundo que me duelen para verlas tranformadas por tus ojos y tu voz. Estás parada en ese otro lado inalcanzable y yo esoty aqui, tratando de escribir para mi, tratando de imaginar como sera el mundo en diez o quince años, el mes que viene, mañana.

Busco dentro de mi voz, en mis palabras gastadas y carcomidas por el odio insostenible que poco a poco acaba con mis pulmones, ni yo mismo sé porque escribo esto. Ya no voy a escribir para mendigar tu amor, para vender la poca decencia que tenía y mi dolor, a cambio de tu breve sonrisa, de la espera inutil de una verdad nunca dicha por tus labios.

Trato de escribir para mi, preguntandome quién soy, y la respuesta es siempre la misma derrota de mi soledad que más bien parece autocompasión, y no espero que tu, ni nadie, lo entienda. Yo te di toda la verdad que tenía, todos mis defectos que eran soportables por ti.

Pero ya nada de esto importa, allí te quedas, tú y el mundo que yo no construí. Esta seguirá siendo la guerra inutil de tu olvido, una guerra pérdida, hasta que la decidia del tiempo me haga por fin enterrarte, hasta que todos dejen de llevar sus hipocritas lágrimas a una tumba vacía.




domingo, octubre 03, 2004

Yo no sé

Ivonne

Una de las canciones de Silvio dice:

"Te amaré
te amaré junto al viento
te amaré como unico ser.
Te amaré hasta el fin de los tiempos
te amaré, y después, te amaré...."

Yo no sé, como, ni de que manera, ni hasta cuando (quizá ninguna de estas cosas importa), pero voy a seguir amandote, sin razón, ni excusa, sin cambiar nada, del mismo modo en que tengo que olvidarte. Ojalá comprendas lo estoy tratando de decirte.

De un modo u otro voy a borrarte de estas letras, voy a borrarte de mi dolor y de mis lágrimas, porque a fin de cuentas mis lágrimas no valen nada sin tu espalda.

Si me reinvento ten la seguridad de que me voy a reinventar lejos de ti, lejos de todo lo que tu eres, pero no puedo ser otro del que ya soy, no puedo amarte de otro modo, este soy yo. Aquí se acaba la historia (si es que alguna vez comenzó), no voy a morir, ni a vivir por ti, dejo mis letras para aquellos que aún crean en algo, yo dejé de creer en mi.

No impota lo que esto sea, dejo de buscar tus labios, dejo de cambiar al mundo por ti, porque no voy a ir por allí esperando que entiendas como es que te amo, si renuncio a ti, es porque tu has renunciado a mi, porque has preferido el mundo, y yo, no puedo mentirme.

Pero no puedo reprocharte nada, te amo, como nadie jamás te amará, con la valentía (quizá estupidez) de dartelo todo sin pedirte nada, y no, de ningún modo, soy un martir, yo te amo, no me dedico al sufrimiento.

Claro que estoy enojado, por eso mismo, por todo lo que te amo y te seguiré amando, es que te voy a olvidar, porque a partir de ahora sólo podría hacerte daño.

jueves, septiembre 30, 2004

Más allá de lo que escribo (No puedo escribir)

Ivonne

La noche es fría y lluviosa, como siempre, acabas de partir en el autobús, yo me pregunto qué clase de cosas podría decirte. Ultimamente me es imposible escribir todas las cosas que pienso, como si mis manos se negaran a escribir, como si tus ojos se hubieran cansado ya de leer siempre las mismas palabras, simple y sencillamente no puedo escribir porque mi voz busca tu oído, porque hay cierto tipo de cosas que sólo el sonido puede decir. Yo no puedo retratar el latir de mi pecho cuando mis manos sotienen las tuyas, no puedo escribir tu sonrisa, ni el perfume de tu pelo, ni tu mirada en la noche fría, ni el eco pálido y resonante de tu voz que rompe el viento. Más allá de lo que escribo está ese hueco que mi voz trata de encontrar en tu cuerpo.

Dejo de escribir y empiezo a desentender el mundo, dejo de imaginar el espacio y ya no puedo comprender las manecillas del reloj que marcan las horas, ni los anuncios en las calles, todas las cosas ya no son ni siquiera palabras, me quedo con la mirada fija, como pérdido y flotando en un océano mudo y oscuro, y me quedo sin fuerzas para comprender como es que amanece día tras día, y se me olvida como sostener la pluma y paso horas frente al papel tratando de inventarle nombres a los objetos que se amontonan en mi cabeza, y estoy solo.

De pronto mi voz sabe algo, quizá lo sabe todo, sabe que me haces falta y en la parada del autobús empiezo a repetir tu nombre una y otyra vez como si todas las cosas del mundo se llamaran como tú.

Acabas de partir y todas als cosas empiezan a dolerme de nuevo, ese dolor que ya no puedo vomitar con palabras, ni con lágrimas, y me siento cansado, como ese cansancio de los muertos que sostienen toda la tierra de la tumba, y me arrepiento de la vida, de no quedarme abrazado a ti para que mi voz te diga estas cosas.

Mi voz es sólo un murmullo, como si siempre hubiera estado mudo, mudo a través de mis palabras escritas, y mi espanto es el de mis oídos y el de mi boca que escucha y dice cosas que nunca antes había conocido, como si acabara de conocerte, como si yo mismo acabara de nacer o de abrir los ojos y respirar y sólo te conociera a ti y existira un espacio invisible que solo nos uniera a ti y a mi, y mi voz quisiera decirte todas las cosas que sé de antes, pero mi voz no sabe nada, sólo concoe tu mirada y tu silencio y tu sonrisa y tus lágrimas pero para eso no existen palabras suficientes.

domingo, septiembre 12, 2004

Lo dìficil de decirte adios.

Ivonne

Lo díficil de decirte adios es imaginar que puedo perderte, porque este presente existe sólo por ti, creo que cuando somos felices no necesitamos aferrarnos al pasado; y yo Ivonne, soy feliz porque tú eres la razón de esa felicidad, yo no necesito mirar atras para saber quien soy, yo soy por ti, tú llenas todos los momentos del día, todos los instantes en que me siento solo, eres la razón de mis letras, las ganas de mi cuerpo.

He descubierto que a tu lado no puede existir el olvido, los momentos que pasamos juntos no pueden ser parte del pasado, no tengo que preocuparme por olvidarte, eres el presente, mi presente y vivo en ti.

viernes, septiembre 10, 2004

Algo acerca del olvido

Ivonne:

El otro día hablabámos del olvido, del miedo terrible que sgnifica olvidar todo aquello que es importante, de la sola idea de la posibilidad de perderte. He llegado a saber que de ningún modo podría perderte, alguna vez te escribí aquellas líneas:

porque me hace falta tomarte las manos y mirar cómo envejecerá el mundo y nosotros seguiremos siendo los mismos.

Eso significa que todo lo que nos rodea puede cambiar, el mundo entero puede cambiar, menos mi amor por ti, eso nunca podría ser parte del olvido.

Existe aún un problema más grande, el hecho de que yo por ningún mótivo puedo olvidarte y al mismo tiempo tu no estás a mi lado. ¿Entonces qué se supone que debo hacer?. No puedo perderte, no puedo renunciar a lo que más quiero, pero tampoco puedo pedirte que me ames de este modo.

Así que no tengo la menor idea de qué hacer, si renuncio a ti, estaré renunciando a mi mismo, pero no puedo quedarme cruzado de brazos y esperar. Algunas veces simplemente no existe la respuesta.

viernes, septiembre 03, 2004

Todas las palabras no bastan

Ivonne

Estas sentada a mi lado, después de haberte dicho que todo el mundo no vale la pena sin ti, las clase es aburrida, a veces todas las palabras no bastan, porque de un modo u otro sé que a las diez de la noche te iras y me quedaré solo de nuevo, pero no puedo evitar necesitarte noche tras noche, no puedo eivtar recordar el aroma de tu pelo, el sonido dulce de tu voz y entonces me pregunto ¿hasta cuándo?.

Yo no necesito del mundo para amarte, yo no necesito sueños, ni guerras, ni derrotas, ni anhelos, ni nada que no seas tu. Tampoco necesito mis letras, aunque mis letras son lo unico que tengo para darte.

Tu sigues siendo mi refugio, el lugar secreto donde no necesito las máscaras del mundo, sigues siendo el regazo donde cuelgo mi cansancio, el silencio donde no lloran mis ojos.

Al decirte esto, yo ya he ganado, este es el triunfo sin alardes ni gloria, este es el triunfo de mi amor por ti

viernes, agosto 06, 2004

Yo no soy todas las letras

Ivonne:

¿Te acuerdas de ayer?, Yo tenía por voz el silencio, siempre que levantaba mis ojos, encontraba tu mirada dulce, y entonces me preguntabas ¿por qué callas?...

Yo no soy todas las letras que escribo, También soy el silencio que busca tus labios, la mirada que duerme en tu regazo, la mano que sostiene tus dedos, la tristeza de no decirte esto cuando te miro...

Ayer sonreias y el mundo era así de simple. Yo no soy todas las letras del mundo, no tengo, ni conozco, todas las respuestas. Yo solo sé que a mi lado sonries, que cuando te abrazo no necesito saber, ni pensar ni decir nada.

Yo no soy solo las letras que te escribo, también soy las ganas que tengo de tu cuerpo, de amanecer contigo, de tu pelo y tu voz y mis lágrimas en tu vientre.

Cuando me preguntas por qué callo, en realidad te estoy diciendo esto, que yo no soy solo letras.

Mi silencio es esa posibilidad de volver atrás.

jueves, julio 22, 2004

Empezando

Ivonne

Asumo, como muchos, que somos el producto de una coincidencia o, en su defecto, de algunos minutos de placer (visión cínica del asunto).

Esto tampoco es un inicio, o principio, o como quieras llamarlo, es, más bien, el intento de asumir la responsabilidad, mi responsabilidad; más allá de las frases o palabras, o del siginificado de las mismas.

Tu bien sabes como he enfrentado la libertad que tanto pregono. Para algunos es una cuestion de valentia, para otros se trata de osadez, y para los mas es, sólo, estupidez.

Estoy empezando a asumir las letras-palabras que te digo, de eso se trata esto, la responsabilidad de mi amor por ti.

sábado, julio 03, 2004

Recuentos XII

Sábado 3 de julio de 2004
Barra Vieja- Acapulco Guerrero

1
Dejo mis huellas solas
sobre la arena.

2
Tres gaviotas vuelan sin destino
sobre las olas implacables
que mueren sobre la arena.
Más que antes, me haces falta.
Sopla el viento que no trae tu nombre ni tu aroma.
Estas son las letras de toda mi soledad
que frente al mar, te llaman

3
El inmenso océano gris
borra la imagen de tu sonrisa
que dibujo sobre la arena.

Hace falta todo el dolor del mundo
Para escribirte esto.
Lentamente la tarde se hace gris,
te busco en el horizonte,
en la espuma, en la arena tibia,
dentro de mi voz, en mis palabras,
en la respiración de mis pulmones,
en todas partes haces falta.

4
Respiro la brisa fresca
que se dibuja en el horizonte.
Cada vez que te escribo
Renuncio un poco más a ti,
Pero no abandono la imagen
de éste cielo gris,
no abandono del todo
mis huellas moribundas
5
Mi silencio es el sollozo
tranquilo y perpetuo
de la marea.

Tu ausencia es esta brisa,
sabor a sal y tristeza,
que penetra mis ojos y mi piel.

6
Te llevas todo,
todo lo arrancas de mi,
Pétalos de rosas blancas
que resbalan por mi mano
hasta el azul de las olas tranquilas.
Tú sigues siendo el instante de la espuma
que viene y se aleja,
que es fugaz y eterna.
Doy media vuelta y aún me llamas,
con tu voz de todos los sollozos del mundo.

La tarde no acaba aquí,
sino dentro de mi corazón dolorido,
este mar plagado de tristeza,
la orilla donde mis huellas van muriendo,
donde voy perdiendo la esperanza de tu cuerpo.

Yo te digo esto,
Con la carne viva quemada por el sol y sal,
Por el rocío lacerante y húmedo de tu mirada lejana.
¿Dónde estás? Es la pregunta perpetua
de mis labios salados.
Toda tu, también, sabes a sal,
tu beso silencioso de ojos cerrados,
la corona de tus senos,
el hueco de tus brazos,
el palpitar de tu corazón
en la punta de un dedo de tu mano.

7
La luz gris del cielo se apaga,
la brisa salada nubla el horizonte,
yo contemplo sentado
los últimos restos de un día mas, sin ti.

Cierro los ojos, escucho sólo el sonido
lento, triste y ausente de olas muertas,
de la arena que intenta sepultar
todo el dolor que acompaña este instante.

¿Ahora comprendes que en verdad me haces falta?
qué a pesar de todo el océano del mundo,
mi mano sigue estando vacía.

8
¿Por qué sucede que te necesito tanto?
Estoy frente al mar, como estoy frente a ti.
Esta es la verdad de todas las tardes:
pareces ser el horizonte inalcanzable,
la ola que revienta contra las rocas
la embarcación de náufrago sin retorno.
Es cierto, una vez que he llegado aquí,
no hay camino de regreso. Estás frente a mi,
como el mar gris y azul de la tarde tibia.

Este es todo el dolor que tengo para darte,
soy esta figura de arena sobre piel
que el viento desgarra implacable.

9
Eras el puñado de arena entre mi mano,
el instante en que te sostuve
y contemplaba la tarde gris y triste,
y era tu cuerpo dulce,
y era tu voz de brisa húmeda.

Yo te había separado del mundo,
del rugido implacable del océano,
y en mi mano sentías el palpitar triste
de mi corazón llamándote.

Todos sabían que eras tu,
que no era necesario decir tu nombre,
que si lloraba en silencio,
era porque sin palabras
buscaba tu mano,
pero eras solo arena,
solo lágrimas de sal al viento.

10
Recuesto mi oído sobre la arena mojada,
como cuando recuesto mi cansancio
sobre tu espalda tibia.
Y escucho el sonido de las olas
como el vaivén de tu respiración tranquila.

Tú no lo sabes, no lo puedes ver,
de nuevo lloro sobre tu cuerpo,
esta es la suplica sin palabras,
la oración al caer la tarde,
el instante en que cierro los ojos
y acallo lo que pienso,
el momento de tu silencio.
Este es el sonido de la ola sobre la arena,
de mis dedos ásperos sobre tu espalda tersa.

11
Hay dos océanos profundos,
impensables, inimaginables, distantes.
Yo te contemplo desde lejos,
desde lo alto de la luna inmensa,
por encima de las nubes grises,
del vuelo de aves.

Tú eres basta y profunda,
misteriosa y eterna.
Ola tras ola yaces moribunda sobre la costa
y renaces con la espuma.
Eres el océano inalcanzable y profundo
que mi cuerpo no toca,
la voz de arrullo,
brisa de sal sobre la roca.

12
Un faro y tu silencio.
Yo contemplaba el mar oscuro
las olas nocturnas sobre la arena.
Hora tras hora de la noche,
con los ojos cerrados,
con las manos abiertas,
con este dolor que mi voz siempre callada
con tu nombre siempre en mi silencio.

A lo lejos, sobre las luces del puerto,
en la débil luz de un pescador solitario
que tira sus redes,
está la impotencia de mis brazos de cargar el aire,
como si mis piernas se hubieran clavado
entre la arena,
y no pudiera dar vuelta,
como si no pudiera dejar de mirarte.

Soy ese faro que contempla tu noche oscura

13
Mis brazos son tu refugio,
mi pecho tu silencio,
mi corazón el arrullo del marsobre tu pelo.

jueves, junio 10, 2004

Asi es cómo yo estoy sin ti

Ivonne

Ha llovido, cuatro o cinco días. Ha de ser que el cielo también sabe que estoy triste. Me he aguantado las ganas de escribir estas líneas, pero al final siempre gana la soledad, siempre son las ganas de oir tu voz, de ver tus ojos infinitos sobre mis parpados cansados, siempre es esta ausencia de la que ni tu, ni yo, tenemos la culpa.

No tengo un poema grandioso que darte, no puedo escribir, ni decir, ni pensar, la frase que diga que te quiero como te quiero, como si en quererte estuviera demostrado el sentido de la vida, como si este amor fueran el hilo que sostiene el cielo, como si la humanidad dependiera de que mi mirada no se cayera de tus ojos, como si hubiera un dios cuya vida se extinguiría si acaso un día mi aliento no pudiera encontrar tu aliento…

No hay idioma para traducir el nosotros, no hay sonido que contenga la milésima parte de la idea del mínimo pedazo de la sombra de un reflejo del eco de mi amor por ti.

Porque a fin de cuentas, no tolero la idea de perderte, porque sé que nunca me perdonaría no llevarte a pasear de noche en una ciudad extraña, porque me hace falta tomarte las manos y mirar cómo envejecerá el mundo y nosotros seguiremos siendo los mismos.

Asi es como yo estoy, con el humo del cigarro en mis pulmones, con las ojeras de media muerte, sin hambre, sin sueño, sin ti.

miércoles, junio 02, 2004

Cuando digo "Te quiero"

Mi querida Ivonne

Cuando te digo te quiero, es solo una parte de todo lo que significas en mi vida, ojala sepas que no solo se trata de los buenos momentos que pasamos juntos, sino de que pretendo ser tu apoyo, tu refugio, parte de tu vida, que sin decírtelo, estoy a tu lado, que te necesito siempre y a cada momento, pero también estoy allí para ser tu amigo, tu confidente y quien te quiere por encima de todo, como dice Sabina:

"Y si quieres también
puedo ser tu abogado y tu juez,
tu miedo y tu fé
tu noche y tu día,
tu rencor, tu porque, tu agonía.
O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra,
a la orilla de la chimenea,
a esperar que suba la marea..."

Ivonne, yo sé que no necesito decirte esto, que todo esto lo sabes bien, pero estas líneas son el intento de decirte que lejos del mundo, lejos de todo lo que te lastima, estamos nosotros, nuestro cariño y eso debe ser suficiente, no para evadir la realidad, sino para afrontarla, yo quiero ser esa parte de ti que en la que siempre podrás confiar, porque tu eres la parte de mi que me hace ser feliz.

Solo quiero reiterarte que cuentas conmigo para lo que sea, y que siempre voy a apoyar las decisiones que tomes, pero por favor cuídate, más en estos momentos de incertidumbre, cuídate por mi, espero que todo se solucione y que tu y tu familia se encuentren bien.

lunes, mayo 31, 2004

Silencio

"Como la ola,
poco a poco inundas
las desmoronadas costas
que siempre lloran por ti"

Ivonne

A veces no es necesario decir nada, para decirlo todo. Y a veces sucede que se quieren decir muchas cosas y solo se tiene el silencio, el mío es un silencio que lo envuelve todo, es el silencio del mundo, de lo cotidianop, de las voces de la gente que ya no tienen ningún sentido, es el silencio ensordecedor de todo lo que está lejos de ti, es el silencio de nuestra ausencia.

Todo parece estar envuelto en una nube que me sumerge en un oleaje sin dirección ni sentido, a mi memoria acuden los viejos versos:

"Largos sollozos de los violines en otoño
hieren mi corazon de una languidez monotona,
todo sofocado y palido, cuando suena la hora,
me acuerdo de los días ancianos y lloro...

Y me voy con el viento malo
que me lleva de aquí a allá como a la hoja muerta"

Y entonces te busco, en medio de mi corazón, Ivonne, como esa brisa tranquila que mece las aguas, como el murmullo de una melodia que poco a poco va creciendo e inunda este vacío oscuro, y me aferro a tu voz, a tu sonrisa, al recuerdo de tu mano entre la mía y hago tuyo mi silencio y hago mía tu voz, y entonces sucede este milagro por el que te escribo.

Pero sucede también que tengo miedo, miedo de necesitarte tanto que un día rompa la libertad que tanto he pregonado, porque no es malo necesitarte tanto, ni tampoco es malo quererte como te quiero, lo malo es que entre nosotros quede este silencio.

¿Lo vez?, otra vez me ha invadido el silencio... Pero como te dije al principio, a veces con el silencio se dice todo.

lunes, mayo 17, 2004

Me hace falta

Mi querida Ivonne

“Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños, te doren la piel,
que cada noche, sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel...”
- J. Sabina -

A las 12

Me hace falta una botella de ron, unos cigarros y el viento frío que se cuela por la ventana: me haces falta tú, ha de ser que las canciones de Sabina siempre me hacen recordar la clase de vida que vale la pena vivir, que siempre me hacen recordar que contigo, vivir vale la pena.

En definitiva una botella de ron, unos cigarros, tu ojos inmensos y ésta canción para toda la vida. Ya sé que estás son la clase de incoherencias que siempre digo, pero valen la pena, vale la pena creer que la vida se resume en ti, en esta noche que tanto te necesita, porque al menos yo no necesito otra cosa.

A la 2

Sigo pensando en ti Ivonne, Sabina sigue cantando “Que no te vendan amor sin espinas, que no te duerman con cuentos de hadas, que no te cierren el bar de la esquina...”, sería capaz de cambiar todo por este amor con espinas, por esta noche de ron y cigarros, por ti, esta es la mejor vida que alguien pueda desear.

A las 3

Quizá duermes, y me muero de ganas de verte quieta, bajo las sábanas, de recostar mi cabeza en tu espalda y llorar, yo no sè realmente que significa esto que te digo, pero te lo tengo que decir, que si son las tres de la mañana y necesito estar contigo, es solo porque realmente te quiero, no puedo decirlo con otras palabras, asì es como soy feliz, contigo, todas las noches que te necesito, que me basta con escribir y pensar y vivir esta vida que tambien es por ti.

P.D.-

"Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños, te doren la piel,
que cada noche, sea noche de bodas,
que todas las lunas, sena lunas de miel”

sábado, abril 17, 2004

Tarde sin ti

Ivonne:

Nota Preeliminar

Tu sabes que te escribo esto, como siempre, de noche, como siempre, triste. Ésta es una de esas cosas de las que luego me arrepiento de escribir, no de decírtela, ni de pensarla, sino simplemente de escribir, seguramente en un par de días terminare borrando éstas líneas o simplemente haciendo como que nada sucedió, pero tu tendrás la certeza, de que lo que te digo aquí es verdad, de que éste es uno de esos momentos de desesperada necesidad, de una desesperada necesidad de ti.

Escribo al vuelo, como me vienen las palabras, o mas bien, como se me van las ideas; del único modo en que puedo escribirte sin autocensurarme, así que perdona las faltas que aquí cometo, no solo las ortográficas, ni las semánticas, sino también aquellas con las que sin quererlo, de algún modo, te lastimo.

Escribo esto, aquí, de éste modo, porque de pronto te extrañé y no puede aguantar las ganas de quererte, ésta es unas de esas tantas cartas que te escribo y que no tienen la pretensión de ser literatura, que simple y sencillamente no tiene la pretensión de nada.

Tarde sin ti

19 pisos son demasiados, la tarde estuvo silenciosa, entre trago y trago de café estuve pensando en ti, otra vez estuve pensando en ti hasta que el cenicero de volvió a llenar de colillas moribundas, un pájaro pasaba en lo alto, a lo lejos la ciudad incontable, se hacia tarde, cada vez un poco más, lentamente, yo no quería estar afuera, porque seguramente estaría sin ti. Era la tarde, siempre la tarde, que me hace recordarte, yo sé que siempre te digo esto, pero esto es siempre la verdad.

A lo lejos, lo ultimo de la fiesta del sol se apaga, como el canto de las aves, como el resplandor de las nubes y el sonido de los coches sobre la calle, todo lo cotidiano desaparece en el retrato que el viento hace de ti entre los árboles.

Fuera de Casa

Tímidamente brillan en lo lejos las estrellas frías, miro el cielo recostado sobre un montón de piedras, no hay nadie en casa, ¿dónde estás? ¿qué haces?... quisiera poder mirar este mismo cielo en treinta años y descubrir que éstas junto a mi.

Miro una y otra vez los coches de la avenida, sigo afuera, en los brazos del viento, que no son tus brazos, es triste que no sean tus brazos. La ciudad se ha convertido en este océano de luces sin descanso, lejos de aquí estás tu, pérdida, porque no estás conmigo, es inútil pensarte tanto, si eso en nada te acerca.

Eso de dormir

Tendrías que ser yo para comprender todo el dolor que significa no dormir contigo, tendrías que despertar triste cuando aún no sale el sol para saber nuevamente que no estás del otro lado de la cama, eso de dormir se hace insoportable, lo terrible no es morirme entre las sábanas, es despertar toda la vida sin ti.

Me trago el llanto cada vez que me abrazo de la almohada, me trago las ganas de ti, y te olvido por un rato, pero no me duermo, escucho el sonido de la noche, tú no lo sabes, pero si el viento se oye triste, es que seguramente pienso en ti.

Despedida

Te digo amor sin palabras de amor.

sábado, enero 24, 2004

Lunas

Ivonne

Hay una luna delgada, luminosa y blanca sobre el oscuro cielo de la noche, algo de ella se parece a tu cuerpo, cerca brilla solitaria una estrella, yo pienso y recuerdo tantas cosas, cosas que quizá, después de todo, ya no tienen ningún sentido, me apena tener que escribirte siempre que me siento triste, pero siempre que me siento triste necesito más de ti. Esa luna y esa estrella significó mucho alguna vez, aún hay cosas que no puedo olvidar, y entonces, como ahora, cuando me siento más solo, recurro a ti. Estas palabras son todo lo que tengo, son las que de algún modo me traen el recuerdo de tu figura, de tu sonrisa, de tus ojos. Mas que un pretexto, eres el refugio de mi corazón que no sabe decir que te necesita.

Alguna vez me pediste que viviera por ti, me dijiste que tu también me necesitabas, y tuve miedo, miedo de que realmente me estuvieras pidiendo que te amara, pero no te lo dije, y te seguí amando, sin sufrimiento, sin batalla, porque no iba a ser el mártir de una historia mas, te digo esto porque no espero que nada cambie, vas a seguir siendo quien tome mi mano cuando la luna brille en lo alto.

Ahora mas que nunca, estoy convencido de que uno no puede pretender olvidar el pasado, ésta noche, ésta mi mirada que busca tu cuerpo a través de la ventana, esa luna que se quedó sin dueño, esto es lo que yo soy, y es justo lo que te está queriendo, te he dicho mil veces que no espero nada, que no te voy a pedir nada, porque voy a seguir queriéndote sin excusa, sin dolor, sin miedo.

Donde sea que estés, deseo que puedas contemplar esta luna sobre el cielo.