sábado, enero 24, 2004

Lunas

Ivonne

Hay una luna delgada, luminosa y blanca sobre el oscuro cielo de la noche, algo de ella se parece a tu cuerpo, cerca brilla solitaria una estrella, yo pienso y recuerdo tantas cosas, cosas que quizá, después de todo, ya no tienen ningún sentido, me apena tener que escribirte siempre que me siento triste, pero siempre que me siento triste necesito más de ti. Esa luna y esa estrella significó mucho alguna vez, aún hay cosas que no puedo olvidar, y entonces, como ahora, cuando me siento más solo, recurro a ti. Estas palabras son todo lo que tengo, son las que de algún modo me traen el recuerdo de tu figura, de tu sonrisa, de tus ojos. Mas que un pretexto, eres el refugio de mi corazón que no sabe decir que te necesita.

Alguna vez me pediste que viviera por ti, me dijiste que tu también me necesitabas, y tuve miedo, miedo de que realmente me estuvieras pidiendo que te amara, pero no te lo dije, y te seguí amando, sin sufrimiento, sin batalla, porque no iba a ser el mártir de una historia mas, te digo esto porque no espero que nada cambie, vas a seguir siendo quien tome mi mano cuando la luna brille en lo alto.

Ahora mas que nunca, estoy convencido de que uno no puede pretender olvidar el pasado, ésta noche, ésta mi mirada que busca tu cuerpo a través de la ventana, esa luna que se quedó sin dueño, esto es lo que yo soy, y es justo lo que te está queriendo, te he dicho mil veces que no espero nada, que no te voy a pedir nada, porque voy a seguir queriéndote sin excusa, sin dolor, sin miedo.

Donde sea que estés, deseo que puedas contemplar esta luna sobre el cielo.