domingo, noviembre 28, 2004

Sueños rotos

sábado, noviembre 27, 2004

Trato de escribir para mi

Yo quisiera poder escribir esto sin tener que pensar en ti, sin tener que morderme los labios para que no se me salga el llanto y la rabia, sin escribir tu nombre. Yo quisiera que esto no fuera una pérdida. Ojalá no tuviera que aferrarme a la serie de recuerdos inutiles: tu sonrisa bajo la lluvia, tus lágrimas en el café, mi mano entre tu mano la otra noche en que hacía frío.

Es de noche, todas las noches parecen ser la misma, una sola noche larga, fría y perpetua. Se me viene todo de golpe: la culpabilidad de tu ausencia, la soledad de mis manos, y una vez mas giro mi vista para no ver la fotografia de tu recuerdo, para hacer de cuenta que ya no te amo, como si siempre hubiera ido solo por el mundo, caminando como vagabundo sin refugio, como si fueras el recuerdo de alguien mas.

Ya no puedo inventar el mundo, ya no puedo poner en tus manos las cosas del mundo que me duelen para verlas tranformadas por tus ojos y tu voz. Estás parada en ese otro lado inalcanzable y yo esoty aqui, tratando de escribir para mi, tratando de imaginar como sera el mundo en diez o quince años, el mes que viene, mañana.

Busco dentro de mi voz, en mis palabras gastadas y carcomidas por el odio insostenible que poco a poco acaba con mis pulmones, ni yo mismo sé porque escribo esto. Ya no voy a escribir para mendigar tu amor, para vender la poca decencia que tenía y mi dolor, a cambio de tu breve sonrisa, de la espera inutil de una verdad nunca dicha por tus labios.

Trato de escribir para mi, preguntandome quién soy, y la respuesta es siempre la misma derrota de mi soledad que más bien parece autocompasión, y no espero que tu, ni nadie, lo entienda. Yo te di toda la verdad que tenía, todos mis defectos que eran soportables por ti.

Pero ya nada de esto importa, allí te quedas, tú y el mundo que yo no construí. Esta seguirá siendo la guerra inutil de tu olvido, una guerra pérdida, hasta que la decidia del tiempo me haga por fin enterrarte, hasta que todos dejen de llevar sus hipocritas lágrimas a una tumba vacía.