lunes, mayo 31, 2004

Silencio

"Como la ola,
poco a poco inundas
las desmoronadas costas
que siempre lloran por ti"

Ivonne

A veces no es necesario decir nada, para decirlo todo. Y a veces sucede que se quieren decir muchas cosas y solo se tiene el silencio, el mío es un silencio que lo envuelve todo, es el silencio del mundo, de lo cotidianop, de las voces de la gente que ya no tienen ningún sentido, es el silencio ensordecedor de todo lo que está lejos de ti, es el silencio de nuestra ausencia.

Todo parece estar envuelto en una nube que me sumerge en un oleaje sin dirección ni sentido, a mi memoria acuden los viejos versos:

"Largos sollozos de los violines en otoño
hieren mi corazon de una languidez monotona,
todo sofocado y palido, cuando suena la hora,
me acuerdo de los días ancianos y lloro...

Y me voy con el viento malo
que me lleva de aquí a allá como a la hoja muerta"

Y entonces te busco, en medio de mi corazón, Ivonne, como esa brisa tranquila que mece las aguas, como el murmullo de una melodia que poco a poco va creciendo e inunda este vacío oscuro, y me aferro a tu voz, a tu sonrisa, al recuerdo de tu mano entre la mía y hago tuyo mi silencio y hago mía tu voz, y entonces sucede este milagro por el que te escribo.

Pero sucede también que tengo miedo, miedo de necesitarte tanto que un día rompa la libertad que tanto he pregonado, porque no es malo necesitarte tanto, ni tampoco es malo quererte como te quiero, lo malo es que entre nosotros quede este silencio.

¿Lo vez?, otra vez me ha invadido el silencio... Pero como te dije al principio, a veces con el silencio se dice todo.

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