martes, octubre 21, 2003

Autobús

"Y si quieres también
puedo ser tu abogado y tu juez,
tu miedo y tu fe
tu noche y tu día,
tu rencor, tu porque, tu agonía.
O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea a esperar
que suba la marea..."

Ivonne:

Debiera hacer un libro con todas las cartas que te escribo, aunque no estoy seguro de que tuviese algún sentido, acabas de partir en el autobús. Yo, escribo esto en el vagón del metro, en medio de las voces y las miradas que seguramente se preguntan a quien le escribo, ¿Tu lo sabes?, es obvio decir que escribo para ti, ¿pero a caso sabes lo que eso significa?.

Significa que estoy pensando en ti (siempre digo eso), que te quiero, que realmente y sin otro destino, te quiero. ¿Qué importancia puede tener eso?, después de todo, no son mas que unas letras, algo que quizá escribo porque es de noche, porque voy en el metro, por todas las razones que ambos sabemos, pero realmente solo existe una: porque esto es la verdad, la única verdad.

Tu bien sabes que me hubiera gustado retenerte en la parada de autobús, del mismo modo en que yo sé bien que estar contigo, bajo la noche fría, es el único destino...

Mi querida Ivonne (que sencillo parece decir mi), escribirte esto significa que mas allá de las palabras, de lo que te he dicho o pudiera decirte, estas tu, y estoy yo, porque no voy a escribir sobre lo que tantas veces te he dicho y no has querido creer, quererte no es una elección, no es algo que de la noche a la mañana se me ocurrió, he llegado a ti, a esta noche, del mismo modo en que tu has llegado a mi.

Hay muchas cosas que realmente debiera escribir en esta carta, pero, y quizá si lo deseas, es mejor hacerlo viéndote a los ojos.

No dijiste nada de mi carta anterior, quizá es mejor as¡, supongo que para ti es difícil leer estas incoherencias, del mismo modo en que para mi es difícil escribirlas, pero si al menos te quiero una minúscula parte de lo que digo hacerlo, te podrás dar cuenta de que ni con todas las dificultades del mundo, dejare de decirte la verdad.

Te Quiero Ivonne, realmente te quiero, no preguntes como ni, por que, hubiera podido quedarme toda la noche parado allí, en la parada de autobús, respirando el perfume de tu despedida y no estaría aquí escribiéndote cosas sin sentido.

O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea.

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